Disfrazarse y ser original.

No sé yo si para ser original, basta con disfrazarse por fuera…
Hay quien lleva lo de la originalidad, tan lejos, que hasta se lían a tiros en plena calle, como desgraciadamente sucedió en Río de Janeiro y que costó la vida a nueve personas.

El mundial de fútbol, ese carnaval

En el pasado mundial, ya hubo quien empezó a hacer prácticas

A mi me gustan los disfraces de toda la vida; máscara, papel y tela.
Te puedes disfrazar de ombligo, de pata de cerdo, de pene, de enchufe o de bote de tomate caducado…En un afán desesperado en buscar algo que llame verdaderamente la atención de los demás cosa por otro lado bastante improbable, ya que todos tenemos TV o Internet. Mucho me temo que la originalidad habrá que buscarla donde creemos que no está. O nos diseñamos uno a base de lentejuelas, purpurina, un par de plataformas y nos vamos a Canarias.
O nos damos una vuelta atrás, y nos fijamos en:

la historia del traje

Para no variar ¡Hombres en pie de guerra! Tendríamos que hacer unos pequeños arreglos...

Francia sigloXIV. Bueno, si hace frio

Las mangas largas hacían furor en el Renacimiento

Al chino no me atrevería a levantarle la voz...

El Imperio Bizantino. Tanto los hombres como las mujeres

vestían túnicas de seda, damasco, y vistosas joyas con piedras preciosas...

Algo caro nos puede costar si nos decidimos por este modelito.

Siglo XIV. Estos ya son más carnavaleros. Los hombres comenzaron a usar

chaqueta ajustada en la cintura, con mangas cortas muy abultadas ¡Que obsesión!

Una muestra de la historia del traje.

Los dibujos los hizo José Luís Salinas, para una colección, que a muchos puede traerles gratos recuerdos de su niñez. El libro gordo de Petete
Su creador Manuel García Ferré, un español nacido en Almería, que llegó a Argentina con dieciocho años y no paró de dibujar. Se editaron infinidad de libros de Anteojito, como allí se le conoce.
El dichoso Petete, en cuestión, era un sabiondo que cada día nos daba un consejo, y al final, el mismo se promocionaba con esta frase:

El libro gordo te enseña
El libro gordo entretiene
Y yo te digo
contento
Hasta el programa que viene…